La selección brasileña, eliminada por Holanda en los
cuartos de final del Mundial, fue recibida por un centenar de
seguidores en el aeropuerto Galeao de Río de Janeiro, donde se
vivieron momentos de tensión. El jugador más buscado por los aficionados fue
Felipe Melo, autor en propia puerta del primer gol de Holanda y
expulsado después por dar un pisotón a Robben. El centrocampista de
la Juventus, al que esperaba su padre, fue insultado y debió ser
protegido por los miembros de la seguridad del aeropuerto hasta su coche.
En la siguiente y definitiva escala de la selección, en
Sao Paulo, se incrementaron las medidas de seguridad, después de lo
vivido en Río. Las 200 personas que esperaban a los futbolistas se quedaron
con las ganas de verlos, ya que los diez jugadores, entre los que se
encontraban Kaká, Robinho y Luis Fabiano, no
abandonaron el aeropuerto por la puerta principal, sino por otra alternativa. |