Sólo un recuerdo. Pelé y una constelación en México 70’, o la generación de
Telé Santana, en los 80’ que nunca ganó el título pero que dio siempre una
lección de buen fútbol. Y hasta algunos toques de la estampa carioca de
Parreira, de la mano de Bebeto, Romario y Ronaldinho.
Pero nada de eso. Hoy Brasil no es sinónimo del tan mentado “Jogo Bonito”
que patentó el scratch. Dunga lo mató. Ver a Brasil hoy puede resultar una
lata, sin embargo, a diferencia de sus antecesores, la “verde amarelha” es
hoy por hoy pragmática y un frontón en contención.
Lo volvió a demostrar ayer en el empate sin goles ante Portugal.
El cuadro de Carlos Queiroz jugó de contragolpe con sumas discreciones
defensivas para obtener el punto que le diera el pase a octavos de final
sobre Costa de Marfil, que no le alcanzó con la victoria 3-0 sobre Corea del
Norte.
Brasil terminó ganando su zona con siete puntos, Portugal quedó segundo con
cinco unidades. Tanto africanos como asiáticos resultaron eliminados, con
cuatro y cero puntos, respectivamente.
El trámite del primer tiempo fue discreto. En el caso del ‘Scratch’, tal vez
la ausencia por suspensión de Kaká y de Robinho por precaución incidió en el
bajo nivel. Un remate al palo de Nilmar (30’) y un cabezazo elevado de Luis
Fabiano (38’) fue lo único de Brasil. En la segunda etapa los lusitanos
siguieron jugando de contragolpe y tuvieron la más clara del partido en una
‘patriada’ de Cristiano Ronaldo, que al intentar el remate provocó la
barrida de Lucio. El zaguero alcanzó a puntearla pero el balón le llegó a
Ricardo Meireles, quien no pudo batir a Julio César, extraordinario en el
achique (60’).
Al final, hubo conformidad de ambos equipos e hinchadas tras esta igualdad
sin goles. |