Ronaldinho es puro talento, pero debe cambiar de chip y asumir su
responsabilidad. Él mismo se ha dado cuenta de que últimamente ya no es
el jugador que nos hizo soñar, el que ganó el Balón de Oro. No sólo
tiene la necesidad, sino también el deber de hacerlo". Leonardo, el
nuevo entrenador del Milán, quiere ver desde el primer día de
entrenamiento a la mejor versión de Ronaldinho y de ahí su mensaje
inequívoco.
Leonardo quiere que Ronaldinho capitanee la reconstrucción del equipo
tras la traumática marcha de Kaká. De momento, cuando ya ha comenzado la
pretemporada, las únicas caras nuevas que presentaría un equipo titular
del Milán estarían en el centro de su defensa: Thiago Silva y Onyewu. El
primero es un brasileño que fichó del Fluminense en el mercado de
invierno por 10 millones de euros y el segundo, el central de Estados
Unidos que fastidió a la Selección Española en la reciente Confecup con
una actuación prodigiosa. Onyewu, de 27 años, llega libre del Standard
de Lieja.
Los menos conocidos Abate (Torino), Zigoni (Treviso) y Di Gennaro (Genoa)
completan las incorporaciones de un Milán que todavía espera la llegada
de un nueve. Leonardo apuesta por el sevillista Luis Fabiano, "que daría
el movimiento justo" que quiere para el ataque: "Luis Fabiano ha llegado
a la fase justa de su madurez y sería capaz de demostrar su valor dentro
de un equipo como el Milán". Galliani, mientras tanto, también ha
tanteado las opciones de Huntelaar (Madrid) y Etoo (Barça).
Del acierto para invertir los 67,5 millones de euros que ha dejado la
venta de Kaká depende el futuro más próximo del Milán, que tiene dos
espejos muy claros y bastante cercanos donde mirarse: el del Barcelona
post-Figo y el de la Juventus post-Zidane.
El Barça de Gaspart.
En el primer caso, temporada 2000-01, Joan Gaspart, entonces presidente,
invirtió el dinero del portugués Figo en una cascada de carísimas
incorporaciones que resultaron un absoluto fracaso, empezando por
Overmars, siguiendo por Petit, Dutruel, Alfonso y terminando por los
regresos de Gerard y De la Peña. Ninguno triunfó ni siquiera mínimamente
y además el Barça no logró ningún título en las próximas cinco
temporadas.
En cambio, la Juventus del año siguiente sí compró con bastante tino.
Con los 75 millones de Zidane se hizo con los servicios de Buffon,
Thuram, Nedved y Salas, toda una columna vertebral de un equipo que
demostraría una hegemonía absoluta en la liga italiana (2001-02,
2002-03, 2004-05 y 2005-2006, aunque estas dos últimas ligas fueron
revocadas por el escándalo del Moggi-gate). Además, esa Juve perdió la
final de la Champions de 2003 contra el Milán, pese a lo cual Nedved
ganó el Balón de Oro de ese mismo año. |