Cuando me lesioné, el primer pensamiento que se me pasó por la
cabeza fue que estaba acabado, que no volvería a jugar. Ha sido un golpe muy
duro. Pero, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que el fútbol es mi
vida. Ahora sé exactamente qué tengo que hacer para regresar a los terrenos de
juego.
No voy a engañarme. Soy consciente de que no será fácil, de que tendré que hacer
enormes sacrificios como los que ya hago. Pero sé que puedo jugar de nuevo. En
estos momentos, no me imagino a mí mismo haciendo ninguna otra cosa en la vida.
Empecé a jugar cuando era muy joven y sigo amando el fútbol tanto como entonces.
Precisamente por eso no me veo haciendo otra cosa.
Mi pasión por el fútbol es lo me impide tirar la toalla, y también la certeza de
que puedo y deseo volver a jugar con todas mis fuerzas. La ayuda de mi familia
es muy importante para conseguir este objetivo. Los míos me dan todo el apoyo
que necesito, no se apartan nunca de mi lado.
Mi principal meta es volver a jugar lo antes posible. Ganar partidos, marcar
goles y ser el mismo delantero de siempre. Quiero que los aficionados me vean
sobre el terreno de juego y sonrían, igual que antes. |