Cuando un tímido y flacucho jovencito de 16 años llamado Ronaldo
llegó a Belo Horizonte para jugar en el Cruzeiro, un veterano defensa le tendió
la mano y lo ayudó a adaptarse a aquel entorno nuevo para él. Lo que aquel
profesional experimentado no sabía era que el chiquillo acabaría proclamándose
Jugador Mundial de la FIFA en tres ocasiones, y que un día sería conocido en
todo el mundo como El Fenómeno.
Aquel defensa, ya retirado de los terrenos de juego, se llamaba Paulo Roberto.
Ahora, sabedor de que el delantero atraviesa uno de los momentos más delicados
de su carrera, y debido al gran cariño que sigue sintiendo por Ronaldo, ha
querido enviarle un mensaje de aliento.
“Payaso (apelativo cariñoso que usaba para tomarle el pelo a Ronaldo en el
Cruzeiro), no pierdas la fe en Dios. Tienes un corazón muy grande y, como Dios
lo sabe, te bendecirá para que vuelvas a jugar tan bien o mejor de lo que
siempre has jugado. Estamos contigo, y yo estoy convencido de que te recuperarás.
Te deseo todo lo mejor del mundo”, son las palabras que Paulo Roberto quiso
transmitir a Ronaldo durante la entrevista en exclusiva que mantuvo con Fobazo.
El ex futbolista aprovechó la oportunidad para rememorar los viejos tiempos y
hablarnos de los días que compartió con Ronaldo en el Cruzeiro, entre 1993 y
1994.
“Ronaldo estuvo en el club desde los 16 a los 17 años, y yo era el capitán del
equipo en aquella época. Vivía en Toquinha (el centro de formación del Cruzeiro),
que no era un sitio tan estupendo como lo es actualmente. Cuando nos juntábamos
los del equipo (profesional) en las concentraciones de entrenamiento, los
jovencitos iban a vernos y nosotros les llevábamos siempre algo de comer, porque
la comida que les daban en el centro era muy mala”, explicó Paulo Roberto.
Y así fue cómo surgió la amistad entre los dos. Desde entonces, Ronaldo siempre
se ha mantenido en contacto con Paulo Roberto, lo ha invitado a sus bodas, e
incluso pudo charlar con su viejo amigo durante la Copa Mundial 2006.
“Estaba solo en Belo Horizonte, y al final entablamos una amistad muy bonita.
Durante un tiempo, yo lo recogía en su casa y lo llevaba a los entrenamientos. A
veces, le daban permiso para que se quedara en mi casa. En todo momento procuré
guiarlo por el camino correcto. Después de que fichara por el PSV (Eindhoven),
perdimos un poco el contacto. Pero ha charlado conmigo durante los Mundiales
siempre que ha tendido problemas”, añadió Paulo Roberto. |