Pareció muy enfadado con el árbitro tras
el pitido final, ya que no permitió que se alcanzaran los tres minutos de tiempo
extra.
Es cierto, pero tampoco puede ser un excusa que justifique la derrota de mi
equipo. Perdimos ante un gran conjunto que cuenta con jugadores fuera de serie.
Filippo Inzaghi fue clave, primero al desviar el balón enviado por Pirlo para
poner por delante al Milán y, luego, para sentenciar el partido con su segundo
gol tras una contra perfectamente llevada por Kaká, que le asiste para marcar.
Sin embargo y a diferencia de la final disputada hace dos años en Estambul,
el Liverpool fue claro dominador del primer periodo.
La primera parte jugamos realmente bien, mejor que el Milán. Dominamos el
partido y el balón, jugando muchos minutos en terreno del Milán. Pero concedimos
un gol de verdadera mala suerte tras el rechace de un falta y ese tanto cambió
el curso del partido.
Y tras el descanso buscaron el gol del empate, pero el equipo de Ancelotti no
dejó muchos espacios ni permitió muchas oportunidades.
Tras la reanudación mis jugadores empujaron mucho al Milán hacia su área
buscando el gol del empate. Pero dado que casi todos nuestros hombres estaban en
terreno contrario, de alguna forma nos vimos obligados a dejar bastantes
espacios por detrás de nuestro centro del campo, y en ese terreno los atacantes
del Milán supieron moverse.
Hasta que mataron el partido con el tanto de Inzaghi.
Claro, con espacios para correr a la contra y mi equipo volcado en busca del
empate, ellos mostraron su calidad en los últimos metros, que por supuesto marcó
la diferencia y les permitió alzarse con el triunfo final. Intentamos tener la
posesión del balón y presionar muy arriba y en parte lo conseguimos, pero no
gozamos de las suficientes ocasiones como para lograr igualar el resultado y
optar por la victoria. |
