A pesar de lo que piensan muchos futbolistas,
los que más derecho tienen a hablar de nuestro deporte son los aficionados. Casi
siempre aciertan en su análisis porque escuchan a su corazón y se dejan llevar
por el cariño que le tienen al juego bonito. Ayer par la tarde subí a un taxi y,
como me ocurre muchas veces, empecé a hablar de fútbol con el conductor. José,
un socio abonado del Real Madrid, decía que no entendía que un jugador tan
talentoso como Robinho no tenga más minutos. "¡Es el único del equipo que encara!",
explicaba con razón este madridista de pura cepa. Esta reflexión me recordaba lo
que me confió Zidane poco después de la llegada a Madrid del joven brasileño. "En
dos años, Robinho sera el mejor jugador del mundo Si le dejan", me confesó el
crack francés.
Es interesante constatar cómo un socio de a pie y una gran figura del fútbol
mundial coinciden sobre el tema de Robinho. Si el brasileño está mal, es porque
no le dejan mostrar su calidad y sus ganas. Yo también comparto esa opinión.
Fabio Capello no ha sido un buen educador para el chico. No sólo no le ha
permitido tener la continuidad necesaria sino que le ha impedido jugar como él
sabe, con genio y fantasía. Con Fabio Capello a sus espaldas, Robinho parece más
pendiente de lo que no puede hacer que de lo que puede. Quizá sea positivo para
el chaval buscarse un sitio mejor para crecer. Lejos de este Madrid de la
frustración permanente. |