Es mucho más que un partido; es,
por ejemplo, un psicoanálisis. En el fondo, todos esperamos que ante el Cádiz
Robinho recupere totalmente la memoria, pues fue ante el Cádiz, un lejanísimo 28
de agosto, cuando nos deslumbró con su fútbol de claqué y sombrero de copa.
Desde entonces, sólo algún rastro de lo que fue, media docena de piruetas, eso
sí, últimamente más frecuentes, pero todavía insuficientes, digamos que un
traspié por cada dos saltos. Por eso confiamos en que la visión del amarillo
cadista, tener enfrente las caras de aquel día y tal vez el eco de alguna
chirigota, terminen por conectar los cables sueltos, que el chico tosa y expulse
el sapo que no sabe montar en bicicleta. O eso, o habrá que pedir para el
Carranza la final de Champions. Y la de Copa.
El encuentro, nocturno y en el Bernabéu, repite los parámetros del último que
allí se jugó y que terminó en fiesta local, organizada por Zidane y Guti, que
salieron de la tarta, descorcharon el champán y ganaron el concurso de baile.
Los protagonistas repiten y únicamente cambia el rival, que es distinto a
cuantos existen en el mundo. Para empezar, el Cádiz es la segunda nacionalidad
de casi todo aficionado y, aunque el equipo muere y mata como los demás, muere y
mata de cosquillas, o lo parece, quizá porque su afición ríe en cualquier caso.
Esa primera aproximación al enemigo nos descubre que no lo es, y la paradoja le
hace vulnerable, pero con púas. El Cádiz juega con la pelota, no la tortura, y
eso explica su posición (15º), cómoda, pero sólo relativamente y quién sabe por
cuánto tiempo, porque el Cádiz, y ese es otro de sus encantos, es un chiringuito
sobre una cornisa, un milagro permanente.
Leyendas.
Bucear en la idiosincrasia cadista nos lleva a la conclusión de que el Madrid
tiene en sus filas a un jugador puramente del Cádiz, Cassano, un genio ácrata
como lo fue Mágico González, del que cuenta la leyenda que se quedaba dormido en
los descansos. El italiano, que dicen que prefiere los donuts a las siestas (ay,
las leyendas), aún no está para aguantar un partido entero, pero después de su
estreno goleador en Sevilla debutará hoy en el Bernabéu, que es la parte que le
falta para completar su inmersión madridista. No se descarta que, como le
ocurrió a Robinho, tenga algún tipo de revelación mística cuando perciba esa
combinación de salero y amarillo.
A la espera de su primera excentricidad (que dicen los expertos que no tardará),
Cassano se ha ganado los corazones de la gente por alguna extraña razón que tal
vez tenga que ver con su sentido de la oportunidad y su aspecto, tan opuesto al
atleta hercúleo y tan cercano al nuestro. Ojo, también debe influir su intuido
talento.
Por lo que se refiere a las alineaciones, López Caro repetirá en el Madrid el
equipo que tan buena impresión dejó ante el Sevilla (4-2), con Guti y Zidane a
cargo de los arreglos y las letras. Sólo habrá una ligera diferencia: Helguera
por Mejía, que lo estaba haciendo bien, todo hay que decirlo. Por lo demás, esa
apuesta vuelve a situar a Baptista como delantero centro, puesto en el que sólo
le encuentra virtudes la comisión técnica, que insiste en que su lucha con los
defensas al estilo de los pivotes de balonmano favorece el juego de los
compañeros que están por detrás, seguramente porque se encuentran a los defensas
molidos. El análisis olvida algún factor esencial: el desmarque y el remate.
Cicinho, en progresión permanente, merece que un helicóptero le siga con un foco,
para fijarse bien.
Nunca ganó.
Respecto al Cádiz, señalar que se presenta en el Bernabéu después de perder en
su estadio ante el Espanyol en Copa (0-2), pero tras conseguir una
importantísima victoria en Liga en La Rosaleda (0-2). Ese contraste recalca su
condición de equipo imprevisible, aunque la estadística sea cruel con sus
aspiraciones: el Cádiz no ha vencido jamás en Chamartín (diez derrotas y un
empate) y es el conjunto menos goleador de la Liga.
Del equipo titular que se midió al Madrid en la primera jornada, sólo permanecen
seis jugadores (Armando, Varela, De Quintana, Raúl López, Enrique y Sesma), ya
que Espárrago ha ido transformando el once y los que parecían destinados a
disputar la Copa son los que se han consolidado en la Liga, Mortadelo entre
ellos. No sé si será un choque interesante, pero apunta a divertido. |