Ronaldo volvió a demostrar que es el mejor
definidor del mundo. Gracias a él, su equipo ganó el derbi y el dependiente
Luxemburgo recibió su dosis de árnica. En principio, otra jornada más de plazo
pese a las serias dudas de la calidad del juego y de su capacidad para irritar a
la gente con otro cambio impopular, Gravesen por Ronie. Por cierto, nuevo
partido que acaba con uno menos, por roja a Beckham.
El Real Madrid venció por 1-0 al Getafe en una
repetición del duelo de la temporada pasada, con un gol menos a favor de los
blancos. No fue realmente mejor el Madrid que su rival, pero le salvó la pegada
del toro brasileño que es Ronaldo.
Que el Getafe es cuna de la aviación española lo demostró Riki en unos segundos.
Soberbio cabezazo el suyo que enmudeció a un Bernabéu con 72.000 fieles de un
escudo, que no de un conjunto. Y es el que el Madrid del primer tiempo fue
pequeño. Lo bailó (un lento agarrado, tampoco un ‘progressive’ del ‘Neng’) el
esforzado Getafe que han construido entre el presidente Ángel Torres, el
secretario técnico Alfredo Duro y el técnico Bernd Schuster. Una pirámide que
funciona al sur de la Castellana aunque le pasara lo de la campaña pasada con
Quique: Fue mejor pero perdió.
El Getafe siguió a la suya. Riki, a los 8 y 10 minutos, perdió su opción de
completar un ‘hat trick’. Su segundo remate en esta secuencia fue al palo del
renovado Casillas, en una acción seguida que no acabó en gol por la oposición al
tiro de Contra por parte del otro prolongado, Helguera.
Así vivía el Madrid. Casi sometido por el Getafe, pero esperando a un amigo, el
implacable Ronaldo. Le bastó una pared con Zidane, otro que está para acciones
esporádicas aunque geniales, para batir a Calatayud. Schuster y su tropa
reclamaron mano del brasileño, dudosa hasta por el PPV. Segundos más tarde,
caída de Paunovic ante Pavón en el área. Pero como el serbio jugó en el Atlético
ya sabe lo que suele pasar. Nada. Y es que el Getafe jugó como los ángeles que
también comen judías.
División de opiniones
El Madrid fue despedido con división de opiniones al descanso. La peor parte se
la llevó Robinho, silbado reiteradamente. Luxa, por si acaso, sólo salió del
banquillo en una oportunidad y decidió, para la reanudación, quitar a Robinho
por Baptista. A eso se le llama cuidar la autoestima de una estrella apagada. De
primeras, Riki lo volvió a intentar. Un par de veces. De nuevo sin éxito.
Como Pernía empalmando sin dejar caer la pelota. El acoso se acentuaba sobre el
marco de Casillas. Inquietud, por tanto, en el graderío, al que la irregularidad
del fútbol de los suyos convierte en hinchas que no pueden sacar pecho. Y eso
duele.
Guti, el capitán, fue otro de los avisados por un respetable que con el paso de
los minutos se vino arriba en el desencanto. Beckham, muy acelerado todo el
encuentro, vio la roja directa por una acción violenta a Riki. De ejemplar su
actuación por el compromiso a momento de locura transitoria. El caso es que el
colectivo arbitral mantuvo su cuota de dejar al Madrid con menos de once. El
nerviosismo parecía poder con el Madrid, que corría detrás del rival.
Pero al Getafe le perdió la nula contundencia, lo que suele suceder con estos
equipos medianos en campos de tronío. Lamentará, por siempre, la ocasión perdida.
Más facilidades no encontrará. El cambio final de Luxa, Gravesen por Ronaldo,
volvió a abrir la caja de los truenos. El ¡fuera, fuera! ya es norma. |