El escritor Juan José Millás relata hoy en
El País Semanal cómo fue la visita de Ronaldo a Israel y Palestina, en
calidad de Embajador de Buena Voluntad de las Naciones Unidas, el pasado
16 de mayo. Millás se convirtió durante 24 horas en la sombra del astro
y en su reportaje explica la parte más solidaria del crack brasileño.
En las pocas, pero intensas, horas que pasó en Ramala, Ronaldo se dedicó
a inaugurar instalaciones y centros deportivos. Pero por encima de eso,
el escritor destaca cómo la visita de este fenómeno de masas llenó por
unas horas de esperanza las maltratadas ilusiones de los habitantes de
esta castigada zona del planeta. Por la tarde, durante su estancia en
Tel Aviv, el brasileño fue invitado por el Centro Simón Peres de la Paz
a visitar el estadio de fútbol donde se lleva a cabo el proyecto
conocido como Escuelas de Fútbol Hermanadas por la Paz. Millás relata
con especial sensibilidad el encuentro entre Ronie y Peres: "Los veías
abrazarse y pensabas que en el mundo no podía haber dos personas más
distintas, pero tampoco más unidas por un interés filantrópico común".
Por último, y por expreso deseo del jugador, hizo una visita privada a
la ciudad de Jerusalén.
De regreso al aeropuerto, Millás cuenta la anécdota más curiosa del
viaje. El jugador quería agradecer a Naciones Unidas su esfuerzo y
propuso parar en un centro comercial para cenar y firmar autógrafos. La
opción, según el escritor, dada la magnitud del personaje, "era un
disparate, pues a los diez minutos estaríamos completamente rodeados",
así que Ronaldo no puso impedimento en parar en el parking, pedir un par
de hamburguesas, "y en aquel lugar infernal, entre los coches aparcados
y los humos de los que entraban y salían, Ronaldo firmó amablemente todo
lo que le pusieron por delante".
Tras un día agotador el Ronaldo diplomático volvió a mostrar su lado más
humano ante la sociedad mas marginada y damnificada: "Cuando salgo de
lugares como éste, me siento un privilegiado", declaró Ronaldo tras su
paso por Israel y Palestina. |