Tras la sesión
física, no todos los jugadores se fueron a las duchas. Unas cuantos, y
muy especialmente Gravesen y Ronaldo, se quedaron en una portería para
hacer remates a puerta. Lo que no sabía Gravesen es que Ronaldo no le
iba a dejar tirar un penalti, para el disfrute de todos los aficionados.
Después de una intensa sesión, los momentos de relajación tenían
que llegar, sobre todo con el buen ambiente que impera en toda la
plantilla blanca. Todo empezó cuando Gravesen puso el balón en el punto
de penalti con Solari como portero. Con lo que no contaba el danés es
que iba a tardar cinco minutos en poder tirar el penalti, por “culpa” de
Ronaldo, quien le iba a entorpecer una y otra vez.
Con Gravesen ya dispuesto para disparar, Ronaldo, bien con el pie
o bien con la mano, se encargaba de tirar un balón para desplazar el
otro balón que estaba colocado en el punto de penalti. Fueron muchas
veces lo que esto ocurrió y fueron muchas las veces que Gravesen se fue
a por Ronaldo para levantarle y darle una auténtica "paliza". En esta
continua pelea se pudo comprobar la fuerza del danés, quien no dejaba de
zarandear al brasileño como si de un muñeco se tratara.
Mientras tanto las risas en las gradas se sucedían una y otra vez
viendo el espectáculo de los dos jugadores. Tampoco faltaron las risas
entre los jugadores que acompañaban a Gravesen y Ronaldo, sobre todo de
Samuel y César, quienes se retorcían en el suelo de las carcajadas.
Finalmente, Ronaldo dejó de entorpecer a su compañero, que después de
cinco minutos consiguió marcar el penalti y hacer un gesto lleno de
rabia y de humor hacia los muchos aficionados que no pararon disfrutar
con la bonita broma de los dos futbolistas del Real Madrid.
Gravesen agradeció el cariño mostrado por los aficionados, dirigiéndose
hacia ellos al final de esta divertida broma, para firmar multitud de
autógrafos. El danés se está ganando con absoluto merecimiento el cariño
de la afición, dentro y fuera de los terrenos de juego. |