Corría el minuto 72 de partido cuando
Markus Merk anuló un gol legal a Cambiasso por presumible falta del
argentino sobre Cafú. Los ultras del Inter no aceptaron la anulación del
gol, así como tampoco la eliminación de su equipo de la Champions, que
estaba próxima a producirse, y comenzaron a lanzar todo tipo de objetos
sobre el campo, incluidas bengalas, una de las cuales impactó sobre el
hombro de Dida. El brasileño tuvo que ser atendido en el centro del
campo mientras la lluvia de objetos sobre su portería se hacía más
constante. El árbitro, ante el cariz que estaba tomando la situación,
decidió suspender el encuentro. Veinte minutos después, cuando los
ánimos parecían haberse aplacado, el árbitro decidió reanudar el
encuentro. Pero fue en balde. El lanzamiento de objetos se reanudó según
se volvía a iniciar el juego y Merk dio definitivamente por cerrado el
encuentro.
Baile en el campo
Un partido que había mostrado la racanería del Inter, con tres
delanteros en el banquillo, haciendo palpable el espíritu defensivo del
fútbol italiano. Fútbol en el que se agradece aún más el juego de Kaká.
Su elegancia y su baile con el balón a ritmo celestial dieron al traste
ayer con el inicio rebelde del Inter, que propuso jaleo y bullicio a más
no poder hasta que Pirlo y Kaká le mostraron que a esto se juega de otra
manera. Bajaron el balón, trenzaron hasta sentirse superiores y le
dejaron a Shevchenko que cumpliera con su papel, el de inyectar veneno
mediante una de sus picaduras mortales. Había pasado sólo media hora,
pera la losa era suficientemente grande como para dar por zanjada la
eliminatoria. El Inter necesitaba cuatro goles y su plan, si es que
existía, lo había hecho trizas Kaká con su zancada insultante.
Sin más ánimo que no defraudar a su afición, el Inter trató de dar fuste
a la eliminatoria y lo hizo abusando en exceso de Adriano. El brasileño
lo intentó, pero se dio de bruces ante dos grandes centrales, Stam y
Nesta, que dejaron en nada sus pequeños conatos de peligro. Hasta que el
brasileño se lesionó. En ese momento, al Inter se le vino el mundo
encima. Así que con su estrella en la enfermería y con los delanteros en
los que no confió Mancini sobre el campo, los ultras decidieron ser los
tristes protagonistas.
Adriano se tuvo que ir lesionado
Corría el minuto 51 de partido cuando el Inter agotó todas sus opciones
atacantes con la lesión de su único argumento ofensivo, el brasileño
Adriano. El delantero, que arrastraba molestias desde hacía varias
semanas, tuvo que retirarse y dejó su lugar al nigeriano Martins.
La UEFA será implacable
El precedente más cercano está en el Olímpico de Roma, cuando Anders
Frisk tuvo que ser atendido en un Roma-Dinamo de Kiev por el lanzamiento
de un mechero que impactó en la ceja del colegiado. Al Roma le cayó una
dura sanción económica, amén de la clausura de su estadio por tres
encuentros. En lo que se refiere a antecedentes en España, el más
cercano es el incidente en un Real Madrid-Borussia Dortmund. Los ultras
hicieron que una portería cediese y el Madrid tuvo que pagar 300
millones de multa y el Bernabéu se cerró dos encuentros. |