Firmaron la paz.La afición del Valencia se
reconcilió ayer con su equipo. El efecto López sigue dando sus frutos.
Tres partidos, cinco puntos. No es un gran balance, pero los rivales
eran de mucha entidad. Sobre todo, la grada agradece ahora la actitud de
los suyos. De la apatía se ha pasado a la ilusión. El culpable se llama
Antonio López. La afición se despidió de los suyos con una sonora
ovación.
Enmudeció el campo.Con el tanto de Aimar y Ronaldo en plena sequía
goleadora, la victoria parecía muy encarrilada. Impresión errónea.
Apareció Ronie. Florentino se tomó un café con él en el hotel de
concentración antes de acudir a Mestalla y la terapia surtió efecto.
Como siempre deambuló por el campo, pero le bastó una ocasión para dejar
sentados dentro del área a Cañizares y a Marchena. Fue el clásico tanto
de patio de colegio, donde siempre hay un amigo de clase que está por
encima de los demás y hace lo que quiere con el balón en los pies. El
campo no le aplaudió porque era del otro equipo, pero no faltó mucho.
Además, el Valencia sigue siendo un equipo talismán para el brasileño.
Se ha enfrentado en ocho ocasiones a los valencianistas y les ha marcado
ocho tantos.
Otra vez se vieron las caras.Ayala y Ronaldo se volvieron a cruzar
nuevamente en el camino. Era uno de los duelos más esperados aunque el
brasileño prefirió explotar mucho más el carril diestro para entrar en
diagonal en busca de la portería. Ahí le esperaba Sissoko, un
centrocampista de corte defensivo, que ocupó esa demarcación ante las
ausencias por lesión de Curro Torres y Caneira. Hizo lo que pudo.
El 'Payasito' Aimar. No le gusta que le llamen así, pero cuando está en
forma da un plus de talento a su equipo. El primer gol del choque,
formando sociedad con Baraja y Mista, fue una obra de arte del juego
colectivo. Con Ranieri sufría en el campo, ahora se divierte. Una
diferencia que nota mucho el equipo. Cuando el argentino sonríe en el
campo, es señal de que se lo pasa bien. Ayer recuperó la sonrisa.
No era tan difícil.Desde su Roma natal, Claudio Ranieri no debe entender
nada. No era tan difícil hacer jugar al Valencia. Con poner a los de la
temporada pasada era suficiente. Los cuatro italianos -Corradi, Di Vaio,
Moretti y Fiore- esperaron, otra vez más, su oportunidad desde el
banquillo.
Volvió Cañete.Mucho se había especulado durante la semana quién iba a
ser el guardameta titular con motivo de la visita del Real Madrid.
Antonio López había dirigido dos partidos y la decisión fue salomónica.
Uno para cada portero. Ante el Real Madrid tenía que decidir y optó por
Cañizares. Fue una clara muestra de que confía más en el de Puertollano.
En este encuentro, al menos, no se equivocó. El internacional español
salvó dos mano a mano con Ronaldo.
Otra vez sin voz.El preparador 'ché' Antonio López sigue sin tiempo para
cuidar sus cuerdas vocales. Perdió la voz ante el Sevilla. Contra el
Betis, fue su segundo, Sánchez Duque, el que daba instrucciones a los
jugadores y ayer, nuevamente, tomó el mando el técnico cordobés. Otra
semana con miel y limón. Luxa, desde el banquillo, estuvo bastante más
tranquilo.
Segundo lleno en Mestalla.El efecto López también está dando sus
resultados en las arcas del club blanquinegro. La visita del Real Madrid
y el resurgir del equipo valencianista provocó que se colgará el cartel
de 'No hay billetes'. Ronaldo y Roberto Carlos tuvieron que aguantar
nuevamente una actitud xenófoba por parte de un sector de la afición
valencianista.