El partido que disputaban el Real Madrid y
la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu, correspondiente a la 15ª
jornada de Liga, fue suspendido en el minuto 87 y 10 segundos debido a
una amenaza de bomba. Eran las 20:45 horas cuando el colegiado
valenciano José Lizondo Cortés ordenó a los jugadores que abandonaran el
campo. La ejemplar reacción del público, que abandonó el estadio en ocho
minutos, evitó cualquier problema en el desalojo.
Una hora antes, alguien que decía hablar en nombre de ETA, llamó al
diario Gara de San Sebastián para anunciar que a las nueve de la noche
iba a estallar un artefacto en el Bernabéu. Manuel Redondo, director
general de Presidencia del Real Madrid, dio la noticia a Florentino
Pérez y el presidente del club blanco se lo dijo al director general de
la Policía Nacional, Víctor García, presente en el palco del estadio. A
las 20:40 horas se decide la suspensión del encuentro y se da la orden
de evacuación. Redondo baja al terreno y se lo dice a Agustín Herrerín,
delegado de campo. Éste habla con el cuarto árbitro, quien entra en el
césped y llama a Lizondo. De inmediato, suspende el encuentro.
En ese momento se pone en marcha el plan para evacuar las 75.000
personas que están en el Bernabéu. En ocho minutos, los espectadores
salen del campo a través de los 123 vomitorios y 53 puertas del estadio.
El plan establece que, una vez empezado cada partido, los tornos de
acceso sean retirados, con lo que no hay obstáculos para el público. La
Cruz Roja estableció un dispositivo especial pero la evacuación resulta
modélica. La gente está nerviosa pero no se registran incidentes,
cuadros de pánico o una simple torcedura de tobillo. Para agilizar el
desalojo, se permite a los aficionados que abandonen el recinto a través
del mismo terreno, que tiene una salida directa a la calle Padre Damián.
Fuera, en la puerta 50, los futbolistas, sin tiempo para cambiarse, y
los técnicos esperan acontecimientos junto a los árbitros, envueltos con
mantas para protegerse del frío. Conseguida la evacuación en tiempo
récord, la policía rastrea las gradas para localizar el artefacto.
Varias unidades de los TEDAX llegan al estadio con perros. En la
búsqueda revisan decenas de mochilas abandonadas por los aficionados.
Pero no hay rastro de la bomba. A las nueve de la noche no hace
explosión artefacto alguno. La Policía empieza a hablar de falsa alarma
y a las 21:25 horas se permite a los jugadores acceder de nuevo a los
vestuarios para cambiarse. Los representantes del Madrid y la Real se
ponen de acuerdo para acabar el partido el 5 de enero. Serán siete
minutos (los tres que restaban para el 90 más los cuatro que había
decidido dar el colegiado de tiempo añadido). Hoy a las 11 se reúnen en
la Federación para confirmarlo. |