A los que nos gusta el fútbol, el derby nos
ha pagado ya la entrada, incluso antes de jugarse. Son tantas las
ilusiones que despierta, tantas las veces que dibujas la jugada perfecta
con éste o aquel jugador, que cuando llega el partido es difícil
sentirse defraudado. Por eso y porque se juntan, casi siempre, seis de
los diez mejores jugadores del mundo. Ni los entrenadores más
conservadores son capaces de meter la cuchara ahí. Hay otra pista que no
falla a la hora de hacer pronósticos. La cara que presentan en la
víspera las grandes estrellas. Ronaldo ayer sonreía como un niño feliz.
Peligro para el Barcelona. Samuel Etoo anunciaba en rueda de prensa que
había dejado a Ronaldinho cantando en la ducha. Peligro para el Madrid.
Si a los dos que acabo de mencionar les da por divertirse en el partido,
el contrario poco puede hacer.
E n nuestro afán por escudriñar hasta el último detalle, preguntábamos a
los dos técnicos si habría marcajes especiales. Ambos lo negaron. ¿Pero
es posible poner a un tío con Ronaldo, otro con Zidane, otro con Raúl,
dedicados exclusivamente a perseguirles? Claro que es posible, pero te
la liarán el resto. ¿Debe García Remón sacrificar un jugador para que
Xavi no reciba la pelota? Aunque pueda, no debe. ¿Piensan que no bajaría
Ronaldinho a recibir y la armaría del mismo modo? Insisto, no son
encuentros para llenar de flechas la pizarra, ni para hacer tratados
tácticos, que bastantes hacen ya algunos sesudos comentaristas para
ganarse el sueldo. Toca divertirse, toca que Ronaldinho y Ronaldo, los
dos brasileños, saquen la mejor de sus sonrisas y que, finalizado el
encuentro, disfruten recordando todo lo que han hecho. |