Enemigos por obligación durante 90 minutos,
Ronaldinho y Ronaldo, Ronnie y Ronie, afrontarán el compromiso de tener
que ser rivales de mentirijilla en el clásico del sábado en ese Camp Nou
que continúa abierto al público. Amigos íntimos, Ronaldinho debe su
diminutivo 'brasileiro' a la existencia del inigualable Ronaldo, ahora
madridista, antes barcelonista y en el Mundial del 94 también denominado
Ronaldinho ante la presencia de un defensor llamado igual y por su falta,
entonces, de galones en el batallón 'canarinho' de Parreira. Pero no
caben los celos entre ellos.
Ronnie, el dentudo ídolo culé, está invitado a la boda de su 'hermano'
en París con Daniela Cicarelli. También le acompańó en el mítico
cumpleańos en Madrid del ańo pasado. Pero sobre el campo, estas almas
gemelas, de 'look' tan distinto, practican igualmente un fútbol
diferente, pero siempre enfocado hacia el gozo.
Ronaldinho lucirá melena frente al rasurado Ronaldo. El primero es dueńo
del balón para bajarlo y moverlo como un integrante del 'Circo del Sol'.
Ahí tendría un retiro dorado. El segundo es la autoridad mundial en el
para nada baladí arte de tomar la pelota y correr hacia la portería para
marcar sin compasión. Qué tipos, qué suerte la nuestra de que jueguen en
la Liga de los Ases y no en el devora talentos entramado italiano.
Dos estilos, dos triunfadores con la selección de Brasil y con sus
clubes, eternamente enfrentados, dos enemigos por un día en un duelo
marcado por su presencia. Y, por ese flanco, el éxito del fútbol está
garantizado. Con las filigranas de Ronnie, con la contundencia de Ronie.
Si por ellos fuera el clásico acabaría en empate. |