De pronto es como si en el Camp Nou se les
hubieran aflojado los pantalones. El Madrid estaba a nueve puntos y está
a cuatro. El Madrid no jugaba ni metía goles, y ya juega y golea. El
Madrid vivía en un polvor la tranquilidad ha vuelto al Madrid. Y más que
eso: el Madrid ha recuperado la buena salud y su mejor imagen es la de
Ronaldo. Al Barça se le aparecen sus peores demonios: la derrota propia
(ya ha perdido en Liga, en Copa -irremisiblemente- y en Champions, en
cosa de un mes) combinada con goleada del Real al mando de Ronie
desatado.
Los no contaminados todavía (el mexicano Rafael Márquez) admiten lo que
los de la casa disimulan: El Madrid nos presiona con vistas al domingo:
¡esos pantalones! Pero el entorno, empezando por Johan Cruyff y acabando
por el presidente Laporta, se sitúa en que la derrota en Sevilla es una
bendición, pues le hará de despertador al Barça. Vamos, que con otra
derrota se salen...
Hay flojera y lo confirma el comentario de Ronaldinho después de la
derrota: Este Ronaldo es capaz de arruinarme nuestro primer mano a mano.
Porque esa es otra: el sábado viviremos el primer duelo
Ronaldo-Ronaldinho en un campo de fútbol. Compañeros de selección, jamás
se han encontrado en un campo frente a frente. Ronaldinho se perdió el
Barça-Madrid del año pasado (1-2) y Ronaldo no estuvo en el 1-2 de la
segunda vuelta en el Bernabéu.
El ambiente. El lunes de la semana del clásico amaneció alterada entre
el barcelonismo. ¡El Madrid está ahí! era el grito en bares y corrillos.
Desde primera hora de la mañana, las emisoras de radio dedicaron buena
parte de su tiempo a preguntar a expertos de lo más variopinto si la
derrota azulgrana es más o menos maligna y si el 6-1 del Madrid es o no
real. Opinaron ex jugadores, bomberos, políticos y sicoestetas. Las
respuestas confirmaron que, en efecto, al culé se le han aflojado los
pantalones: el Albacete es un Segunda B (no aclararon si mejor o peor
que la Gramenet) y cualquiera la hace seis goles, y lo de Sevilla hay
que matizarlo así: el 1-0 vino precedido de fuera de juego, el 2-0 de un
error de Puyol que nunca comete, hubo un penalti a Damià no señalado y
tres goles fallados por Etoo y Ronaldinho de los que nunca fallan,
también. Total, que el Barça debió ganar al Betis por 0-3 por lo menos,
y lo del Madrid, no cuenta. En resumen y como diría Gatti: hay cagómetro. |