28/09/2004
4-2: Este Madrid está muy vivo

Porque en el minuto veinte el marcador reflejaba un 0-2 desesperanzador. Pero fue el momento de Figo, Zidane, Beckham? y Raúl. El capitán, siempre él, y sus compańeros se rehicieron ante una de las situaciones más comprometidas de sus dilatadas carreras. Sacaron su orgullo, su coraje, pero sobre todo, su juego. Ése fue el arma que utilizaron para derribar la muralla romanista, que bien pertrechados bajo Pelizzoli, sobrevivían al acoso. Primero Raúl, más tarde Figo, de nuevo Raúl, y por último Roberto Carlos, le dieron la vuelta a un partido memorable, que recordó a aquellas míticas remontadas de los ańos ochenta. El Bernabéu se reencontró con el equipo que le enamoró durante el último lustro y se entregó en cuerpo y alma.

Zidane había protagonizado los prolegómenos del choque. Su recuperación había llenado de optimismo a la afición, que aguardaba el estreno europeo con impaciencia. Enfrente estaba la Roma, otro león herido que presentaba entrenador, Ezio Sella. Con la entrada del galo, Guti retornaba al banquillo en la vuelta de Roberto Carlos al once inicial. En la Roma, Cassano y Totti formaban una dupla para echarse a temblar. Y como esta temporada la suerte está de espalda, en el primer minuto, Casillas sacaba un mano a mano a Mancini, mala noticias.

Dos golpes al corazón
Y tras el amago, el golpe. El córner posterior a la ocasión desbaratada por Iker dio lugar al 0-1. Dellas siguió el desmarque de De Rossi con el rabillo del ojo y le dijo: Ahí lo tienes. La perla romana, con la puntera, hacía temblar los cimientos del Bernabéu (3´). Los jugadores se miraban incrédulos, sin dar crédito a lo sucedido, pero confiados en salir adelante. Raúl, Figo, Roberto Carlos tiraban del equipo, pero sin fortuna. Hasta que Cassano le puso el broche a una maravillosa jugada de Totti (0-2, 20´). La noche se había teńido de negro y sólo la heroica salvaría el primer match ball en contra de la temporada.

Raúl, omnipresente
Si alguien podía sacar adelante el encuentro, ese era Raúl. El capitán estaba en todas partes, multiplicándose para evitar una derrota de dimensiones impredecibles. El Madrid atacaba con corazón, pero con juego. Los pelotazos se evitaban, pese a las urgencias del marcador. Zidane empezaba a enchufarse y la circulación crecía con su participación. Pero fue el capitán quien acercó el milagro (1-2, 38´). Desde la frontal, y con la colaboración de Dellas, superaba a Pelizzoli, infranqueable hasta el momento. Beckham pudo firmar las tablas, pero el cancerbero italiano tiró por tierras las ilusiones. Hasta el descanso, el choque sólo iba en una dirección, la que llevaba al empate. Aunque Totti, con dos disparos envenenados, puso el Bernabéu al borde de la histeria.

Y volvió a aparecer Raúl. Aunque no marcó, provocó el penalti que niveló la contienda. Panucci le empujó dentro del área y Figo puso el estadio boca abajo (2-2, 52´). La inercia había acorralado a la Roma en su área, y era el momento de apuntillarla. Sella comprobaba desde el banquillo la impotencia de sus hombres, que sangraban por el costado izquierdo con Figo, Beckham y Salgado. Sartor entró para detener la hemorragia, y Guti para surtir de balones a Raúl y Ronaldo (63´). La afición se había volcado con los jugadores cuando restaban treinta minutos de tensión, y de desbordada pasión.

Al final, justicia
El fútbol estaba siendo muy injusto con el Real Madrid, que manejaba a la Roma como un pelele. Si no era por KO, debía de ser a los puntos. Pero el ángel de este equipo es Raúl, y él debía certificar la remontada. Luis Figo, su mágico aliado, disparo desde la frontal. Y allí, con la cańa puesta, esperaba el 7. Su toque certificaba una remontaba y el reencuentro con el fútbol (3-2, 70´). Ahora era el cuadro italiano quien estaba contra las cuerdas. Ezio Sella no quería estrenarse con derrota y sacó a Mido para jugar con tres puntas los últimos minutos.

Pero era tarde, el Madrid volvía a estar poseído por su juego. Las combinaciones eran rápidas, electrizantes, mágicas. Roberto Carlos, después de pasar por malos momentos, se reencontraría con sus seguidores. Faltaban doce minutos cuando el lateral cargó su pierna izquierda, con Pelizzoli temiéndose lo peor. Su misil se alojó en la escuadra de la portería romana... y punto final (4-2, 78´). Los tres puntos se quedaban en casa y lo mejor, el fútbol, también. Pero García Remón no quería más sobresaltos. Pavón entró por Raúl impresionante la ovación que recibió- y el Madrid manejó la recta final con sabiduría. Primeros puntos en Europa que dejan a los blancos con sus opciones intactas.

29.09.2004 08:22 +0400
realmadrid.com

28/09/2004 4-2: Este Madrid está muy vivo

28/09/2004
4-2: Este Madrid está muy vivo