El
esperado duelo que Oliver Kahn y Ronaldo iban a mantener en Berlín se
quedó en segundo plano en apenas ocho minutos. Ronaldinho Gaucho, que
sigue declarando el estado de felicidad en cada una de sus apariciones,
dibujó un golazo de falta que dejó en evidencia los problemas de cintura
que padece el decadente portero del Bayern de Felix Magath.
El golpe franco estaba a 17 metros de la portería alemana. Parecía
diseńado ex profeso para una bomba inteligente de Roberto Carlos, que ya
humilló a Kahn hace seis meses en el Olímpico de Múnich. Pero Dinho
esperaba a un metro de la pelota. Le hizo un gesto que tenía escrito en
su mente adolescente: Rober, La tiro yo. No tomó carrerilla, como hacía
su compatriota Sócrates con los penaltis. Un paso adelante, golpeo sutil
con su bota derecha, pelota que salva la musculosa barrera germana y
esférico a la escuadra.
Helado.
A Kahn lo dejó con el molde. A pesar de que el disparo del mago
barcelonista no iba con potencia (era todo colocación), Oliver se limitó
a mirar como un espectador más. Con el 0-1, la Alemania de Klinsmann
tuvo la delicadeza de bajar la pelota y buscar las tablas jugando al
fútbol, sin recurrir al fútbol atropellado que les llevó a los teutones
al fracaso absoluto en Portugal. Deisler y Ballack iban al mando de las
operaciones en busca de Asamoah. El afrodelantero (el único jugador
negro que ha sido internacional con Alemania) dejó en el banquillo a
Klose y dio mucha movilidad a un ataque que recibió sus frutos muy
pronto. Kuranyi, otro diablillo en el área, hizo un perfecto control y
batió por bajo a Julio César.
Ronaldo intentó desestabilizar las tablas y obsequiar a su novia Daniela
Cicarelli con un regalo anticipado de boda. Ronie lo tuvo en una volea
antes del descanso que se fue alta. Corrió como nunca y hasta se le vio
hacer de extremo, pero Hinkel y Huth fueron dos obstáculos insalvables.
Y cuando el sevillista Baptista fabricó cerca del final la jugada del
1-2, el tosco Fahrenhorst le hizo un penalti de libro. Pero Meier no
quiso abrirlo y miró para otro lado. Como hizo Kahn con Ronaldinho...
Samba y color en el Olímpico
Entre los 79.000 aficionados que anoche se dieron cita para presenciar
el Alemania-Brasil, había una colonia de simpatizantes de la selección
canarinha. Como suele ser habitual, el colorido lo pusieron algunas
garotas y bellezas que hicieron un adelanto del carnaval de febrero, que
tantos adeptos tiene en el mundo entero. La torcida celebró el gol de
Ronaldinho a lo grande, pero Kuranyi los silenció. |