Llegó el día. Lo demás, lo de antes, fueron
pruebas que pueden significar muchas cosas, pero que generalmente no
significan nada. Los amistosos carecen de tensión competitiva e incluso
la previa de la Champions la disputó el Madrid contra un rival del
segundo mundo futbolístico, hijos de un dios menor. Será esta tarde, en
la Liga, cuando, por vez primera, comencemos a vislumbrar lo que son el
Mallorca de Floro y el Madrid de Camacho, ambos equipos marcados por la
personalidad de sus entrenadores, ellos como impulsores del cambio que
se supone, dos técnicos muy españoles que en cualquier pueblo de nuestra
geografía hubieran podido representar, respectivamente, al maestro y al
alcalde (Irureta, claro, sería el cura).
Después de una buena temporada en el Villarreal que no culminó por una
valiente dimisión (dio la impresión de que abandonaba por falta de
compromiso de los jugadores), Floro ha desembarcado en un Mallorca en
plena transformación, sin Leo Franco, ni Colsa ni Etoo, repleto de
nuevos jugadores, algunos de prestigio como Farinós (ausente hoy) y
Marcos Vales, buenos futbolistas con promesas por cumplir. Lo mejor del
equipo siguen siendo los laterales: Cortés y Poli.
Dicen los antecedentes que Floro jamás ha vencido a Camacho ni al Madrid
como entrenador rival, y aclaro que como rival porque como técnico
propio batió a los futbolistas blancos con un discurso racial (más
propio del alcalde) que captaron los micrófonos de Canal + y que todavía
le avergüenza porque le quedó poco científico. Yo diría que la pose de
escayola de Pitágoras perjudica a Floro, que es un buen entrenador que
se doctoró con una tesis sobre la importancia del saque de banda.
Camacho afronta otro reto de altura, que en su caso tiene más que ver
con convencer a los futbolistas que con adiestrarlos. Floro, para el que
ya ha empezado el partido, ha dicho en la víspera que no hay muchas
diferencias entre este equipo y el de Queiroz, indudable carga de
profundidad. Hoy lo comprobaremos, pues es muy fácil que el Madrid se
encuentre con todas las dificultades que le costaba tantos problemas
solucionar: partido fuera, presión rival, mayor compromiso del enemigo y
demás. Lo que haya estudiado para superar estos obstáculos nos dirá
mucho de la mano del entrenador. La lesión de Samuel acentúa el parecido
con el pasado y nos dejará como centrales a Pavón (la tapia) y al
imprevisible Raúl Bravo; Beckham-Helguera, pareja de pivotes que sigue
generando dudas.
¿Debut del 11?
Es de suponer que Owen debutará en la segunda mitad y hacemos votos para
que tenga minutos, tanto si el encuentro está incierto como si está
cierto. A quién reemplazará el inglés es una incógnita y podría ser
también una declaración de intenciones y un aviso para navegantes. Hay
expectación por verle jugar y el partido le viene como un guante pues se
trata de un futbolista explosivo con más recorrido que Ronaldo, ideal
para jugar a la contra, un tipo de delantero que no tenía el Madrid hace
muchísimo tiempo.
Entre los morbos del partido está también la presencia en el Mallorca de
Luis García, ex canterano del Madrid que la temporada pasada se unió al
club de las ex esposas. Es un bonito encuentro, porque el Mallorca tiene
categoría suficiente para calibrar y calibrarse. Y no es menos
interesante el duelo del banquillo: maestro contra alcalde. |