Ningún equipo polaco ha
conseguido vencer en España después de quince visitas. En sólo tres
encuentros lograron empatar. Jamás el Madrid desperdició una ventaja de
0-2. Visto así, lo de esta noche, es de un fácil que asusta, y si asusta
es porque lo que parece más sencillo siempre esconde una remota amenaza,
un resbalón en la ducha. Muy remota, desde luego, pues parece imposible
que el Real Madrid no consiga marcar (y luego golear) a un equipo
obligado a lanzarse al ataque en busca del milagro.
Sin embargo, haciendo gala de un tozudo orgullo, los jugadores del Wisla
desembarcaron ayer en Barajas con cara de tener una misión por cumplir,
sin bermudas ni cámara de fotos, al contrario, con cara de malos,
recibidos por varios cientos de polacos entusiastas, se calcula que unos
15.000 residen en España (entusiastas y no).
El Real Madrid repetirá el equipo que salió en Cracovia, y no es extraño,
pues sería contraproducente comenzar las rotaciones cuando lo que
necesitan los futbolistas es rodaje, no descanso. El equipo se presenta
invicto en el Santiago Bernabéu, que rozará el lleno en pleno mes de
agosto, tal es el ansia de fútbol.
Así, en principio, es un partido a la medida de Ronaldo, un poco fútbol
playa, de veranito, un tanto relajado y defensas que se dejarán
convencer con poca conversación. También será una prueba (menor, por el
rival) para comprobar el rendimiento del centro del campo del Madrid,
Beckham y Helguera, que ofrecen dudas porque ninguno es especialista en
esos menesteres y porque las más de las veces parecen Robinson y Viernes
en la isla desierta.
Extraña bastante que después de la insistencia por fichar a Vieira,
interés que descubría (o confirmaba) una necesidad, Camacho haya
renunciado a reforzar el mediocampo, la única línea que sigue como
estaba y la línea, recuerdo, por la que se parte el equipo.
En el Wisla habrá cambios, ninguno aterrador; permanece la pareja de
delanteros, Zurawski-Frankowski, verdadero pavor de la Liga polaca, en
la que no está claro si podríamos jugar usted o yo.
En el siglo XVI España y Polonia estaban más unidas que nunca: la reina
Bona Sforza de Aragón estaba casada con el rey polaco Segismundo el
Viejo. No obstante, su dote, el ducado de Bari-Italia, nunca llegó a
entregarse a su regio esposo. Ni entonces sacaron nada. Algo está claro:
ganas nos deben tener.
La
plantilla blanca se volvió a concentrar
Camacho y su nuevo librillo se van instalando poco a poco en el Madrid.
Lo de las concentraciones era seguro. Desde que llegó, el técnico
transmitió a los jugadores que lo ocurrido el año pasado no sería
habitual esta campa sólo se concentraron en tres de los 19 partidos que
se jugaron en el Bernabéu: Betis, Atlético de Madrid y Barcelona. Ayer,
el Real Madrid comenzó con esta rutina que será habitual para todos los
encuentros que se disputen en casa (de todas las competiciones). A las
20:00 horas toda la plantilla se reunió en el Bernabéu para partir desde
allí al hotel Mirasierra Suite, nuevo cuartel general de los jugadores
madridistas para esta temporada; atrás quedaron las concentraciones en
el hotel Montereal y en el Fénix. En el Mirasierra Suite esperaban
Michael Owen y Jonathan Woodgate, ya que es el lugar donde se hospedan
desde su llegada a Madrid. |