Imagínense con 16 años y que un día te llaman y te
citan para jugar contra Raúl, Zidane, Beckham o Ronaldo. En ese momento,
empezarías a buscar cámaras ocultas o un micróchip en el receptor. Pero no. Los
chicos del Xerez Juvenil se conviertieron en los jugadores más envidiados de las
categorías inferiores, y no tan inferiores, de nuestro país. La fecha estaba
marcada en rojo, el 20 de julio, el lugar, conocido, Montecastillo, y el rival,
¡vaya rival! Durante el choque, nada de concesiones, pero al final, autógrafos,
fotografías, regalos de camisetas y botas. Nadie, absolutamente nadie de la
plantilla, olvidará esta imborrable jornada. Mientras, en la grada, más de 1.000
personas disfrutaban de un ensayo donde pudieron presenciar dos espectaculares
galopadas de Ronaldo y la magia de Guti, muy inspirado durante la prueba.
¡Me ha dado la camiseta, me la ha dado! Esa era la foto de lo que se vivió en el
vestuario del campo de Montecastillo cuando concluyó el encuentro. Los chavales
se pegaban por pedir a sus ídolos cualquier recuerdo. Fue una batalla más dura
que la que se vivió sobre el césped, donde alguno recordaba su pase, su regate o
su encontronazo con Samuel. Daba igual un abrazo, un autógrafo o una fotografía.
No tenían suficiente con sus ochenta inolvidables minutos, querían una muestra,
para cuando pase el tiempo, de que ellos jugaron contra el Real Madrid de Raúl,
Zidane o Ronaldo.
Su esfuerzo fue recompensado por la tribuna. Pese a que estaba inundada de
madridistas, las más de 1.000 personas que se congregaron en Montecastillo
jaleaban cualquier ataque de sus niños, entre ellos, la alcaldesa de Jerez, Mª
José García Pelayo, que tenía el corazón dividido. Los quinientos metros que
separan la entrada al recinto del campo de entrenamiento se recorrieron en
tiempo de mínimas olímpicas. Todo, para coger el mejor sitio. Algunos, sin
invitaciones, buscaban alternativas en el monte situado detrás del terreno de
juego. Entre los asistentes, familiares de los jugadores, que agotaban carrete
tras carrete. Al final, pese al resultado, todos contentos, y más que nadie, los
receptores de las botas de Beckham, Helguera o Guti. |