Pues sí. Ronaldinho no jugó, pero fue el mejor del Barça.
Bueno, con Xavi. Pero ese “no me voy ni por todo el dinero del mundo” es
ejemplar; para fundar su club de fans y presidirlo al menos por dos años. ¿Que
algo así se lo había leído usted a Ronaldo, Figo e incluso a Roberto Carlos?
Ya. Pero llegará un día en que el crack cavilará que puede ser muy
supermultimillonario, pero no más. Y que vivir en Barcelona o en Madrid es
mucho más agradable que hacerlo en Londres, y que me perdone la Commonwealth.
Y jugar en el Madrid, y hasta en el Barça, es mejor que hacerlo en el
Chelsea por más Abramovich que te ronde. Además, si el Barça se quedara sin
Ronaldinho sería peor que si volviera Gaspart.
El partido de ayer abona esa teoría. Aparcado Kluivert y
sancionado Ronaldinho, la magia del Barça se reduce al gran Xavi, pero no
alcanza para ganarle a este Betis que jugó más de medio partido con uno más
y dio a menudo la impresión de que tenía tres menos. Le birlaron otro
penalti tras el 1-1 y le anularon malamente un gol: cuando saltan Motta y
otro, es falta de Motta y la pitaron al revés. Pero Iniesta y Van
Bronckhorst le dieron al poste.
Justo empate a nada para un Betis en baja y un Barça a
medias. La cosa empezó con lluvia y acabamos secos. Sin los ausentes no daba
para mucho más.