El Real Madrid cerró su particular semana negra con una dolorosa
derrota frente a Osasuna (0-3) en el Bernabéu, la primera en toda la temporada,
y que recrudece la crisis deportiva abierta con la debacle europea en Mónaco.
En un día donde la afición esperaba el resurgir de su equipo y
empezar a digerir los goles del ahora añorado Morientes en pos de la Liga, se
encontró con un cataclismo, similar al que también protagonizó el equipo rojillo
en diciembre de 1990 cuando el Osasuna ganó por cuatro goles a cero al Madrid.
De esta manera, el equipo, intratable en su estadio, donde sólo
había cedido dos empates, Valencia (1-1) y Real Zaragoza (1-1), se queda sin su
auténtico talismán, donde cimenta sus triunfos. Hasta ahora, la racha en su
estadio le había protegido de su escasa fiabilidad como visitante, pero en esta
ocasión no le sirvió ni eso.
El Real Madrid además no perdía en Liga en su estadio desde el
pasado mes de mayo (temporada 2002-03) cuando fue goleado por el Real Mallorca
(1-5). De hecho, en los últimos tres años sólo había perdido dos encuentros en
Liga y precisamente los dos ante el equipo bermellón.
En la temporada 2000-01, el Mallorca venció por 0-2 a principios
del mes de noviembre. Desde entonces, el equipo dirigido por Vicente del Bosque
no cedió ninguna derrota. Al año siguiente (temporada 2001-02), también con el
salmantino en el banquillo, el Real Madrid no perdió en su estadio.
