El tópico dice que Osasuna pagará los platos rotos y que el
Madrid saldrá enfurecido y marcará cinco o seis, las celebraciones mirando al
palco de prensa o al otro, nunca se sabe, algún gol prodigioso y una foto
repetida en todas las portadas, los galácticos han vuelto, poesía sobre el
césped, Ronigol.
Es muy posible que suceda eso, que una gran victoria aplaque la
decepción, incluso que la haga olvidar, más se perdió en Cuba, tampoco está mal
ganar la Liga, peor lo tiene el Barça y siguen saliendo en un tebeo. Sin embargo,
si eso no se produjera, si no hubiera goles, si no fueran bonitos, cualquier
reacción sería posible, incluso los pitos en dirección al banquillo o al palco,
lo nunca visto. Se suele decir que el público de la Liga es más exigente que el
de la Champions porque en competición europea hay más aficionados ocasionales,
los más entregados porque se conforman con estar allí.
Difícil saber qué ocurrirá este domingo de regreso de vacaciones,
Pascua de Resurrección, sugerente día para el Madrid, porque una vez hecha la
Pascua sólo queda la Resurrección. Es una incógnita saber cómo recibirá el
Bernabéu al equipo, cómo aceptará los errores si llegan, cómo andará la gente de
paciencia, cuál será el veredicto, el pueblo es sabio.
Hablamos del Madrid como si no existiera Osasuna, vicio que se
nos repite y que nos llevó a decir que el Mónaco era un equipo liliputiense,
snif; como se decía en el colegio: de lili nada y de putiense metro y medio. Lo
que intento explicar es que ya no hay membrillos y Osasuna menos que nadie, por
algo es sexto en el campeonato, puestos de UEFA, a sólo siete jornadas para el
final.
Mucha responsabilidad del éxito de Osasuna la tiene su
entrenador, el mexicano Aguirre, tipo muy particular que admite que el fútbol no
le obsesiona, justo lo contrario de lo que presumen otros, que así están. Él ha
conseguido un equipo muy cohesionado y a la vez ligero en la salida con el balón,
un conjunto interesante, de esos que se parecen bastante a su técnico. Debe ser
gratificante para Aguirre aunque seguro que le resultaría mucho más interesante
entrenar al Madrid.
En principio, Queiroz no podrá alinear al mismo equipo que
naufragó en Mónaco, lo cual hubiera sido un gesto, y hacen falta gestos. Beckham
cumplió su sanción y ocupará el puesto de Borja. Sólo el inglés está a salvo de
las críticas deportivas, aunque no sería raro que el público le pasara factura
por sus continuos viajes. Helguera, mientras, entró en la convocatoria pero los
médicos le harán ver que para evitar problemas más graves en su rodilla derecha
es mejor que hoy no juegue. Así que Mejía y Raúl Bravo formarán el dúo de
centrales para tapar a Morales, un uruguayo de casi dos metros que ha ganado el
pulso a Bakayoko y puede sembrar el pánico en el área de Casillas.