28/03/2004
5-1: El líder se divierte bajo la lluvia

Sin Figo, con el Valencia ocupando el primer puesto momentáneamente y bajo un tremendo aguacero, el Real Madrid tenía que ofrecer su mejor cara. Solari entró en lugar del portugués, lo que llevó a Zidane a la banda derecha, bueno, eso en el dibujo, porque el galo se deslizó sobre el césped del Bernabéu de manera impecable. Enfrente, un Sevilla que tenía en el canterano Marañón a su principal sorpresa, una vez que se había confirmado el retorno de Baptista en la media punta.

Beckham I
Ronaldo había avisado en el primer minuto con un disparo envenenado desde el fuera del área. No le dio tiempo al Sevilla a colocarse sobre un césped que aguantaba increíblemente el chaparrón que estaba cayendo durante toda la jornada. Beckham recuperaba un balón en la medular y le decía a Solari: “toma”. El argentino, como ya hiciera en la Copa, no deja pasar las oportunidades. Esteban intentó achicar, pero Solari firmó el primero. Era el minuto cinco, y el Madrid ya había recuperado el liderato.

Caparrós no varió el guión, seguía apostando por la presión en el centro del campo y con diagonales hacia Darío Silva y Baptista, anulados por un inconmensurable Iván Helguera. Pocos argumentos para descentrar al cuadro de Queiroz, muy concentrado en su misión. Guti y Beckham podían con Martí y Casquero, mientras que Raúl, gran partido el suyo, indagaba entre Alfaro y Javi Navarro. El Sevilla intentaba, a base de faltas, romper el ritmo del partido porque desconfiaba de la pegada de su rival. En ataque, nada. En el primer tiempo no hubo noticias de Casillas, que soportaba el aguacero en solitario.

Beckham II
El primer acto agonizaba cuando Beckham transmitió órdenes precisas a su guante derecho. El inglés puso una banana en la cabeza de Ronaldo (44´). Era el segundo, y casi la sentencia. El ‘9’ marcaba su gol número treinta esta temporada y ponía al Bernabéu en pie. El Sevilla tenía que remar contra corriente y Caparrós movió ficha. Carlitos y Óscar entraba por Darío Silva y Alfaro, pero el cuento no cambiaba, y a punto estuvo de cerrarse si Ronaldo, tras la reanudación, hubiera acertado con otro remate de cabeza.

Sin esperarlo, el Sevilla encontró premio. Fue en un penalti de Solari sobre Marañón que Baptista se encargó de transformar (58´). No significaba nada porque el Madrid era superior. Y fue Guti quién se encargó de plasmarlo. Primero, con un disparo desde la frontal que Esteban desvío a córner; y segundo, con un pase profundo sobre Zidane que el francés no desaprovechó (63´). Era el tercero, y los blancos daban el golpe definitivo al partido. Así lo entendió Queiroz, que comenzó a dar descanso a algunos de sus futbolistas.

Fiesta blanca
Antes, Salgado obtuvo la recompensa a su enorme temporada. Ronaldo obsequió con una de sus maravillosas internadas. Esteban desvió como pudo su remate, pero allí estaba Il due para machacar. Era el cuarto (74´), y el Bernabéu, herido por la derrota de la primera vuelta, coreaba con “olés” los pases de sus jugadores. Zidane se iba a la ducha entre la ovación del respetable que pedía más goles ante el buen juego de su equipo. Y llegó el quinto de Ronaldo (92´). Este Madrid, que terminó con siete Pavones, recupera la sonrisa y el ritmo que le han llevado a liderar el Campeonato.