20/03/2004
4-2: El Athletic le pone emoción a la Liga

No llegaba en un buen momento el choque en La Catedral. Pero el Madrid debía levantarse. Carlos Queiroz optaba por Mejía en detrimento de Raúl Bravo. Esa era la única variación con respecto al partido contra el Zaragoza. En los leones, Valverde le daba la titularidad a Urzaiz, en busca de un mayor poder aéreo. El Athletic debía remar para superar las dos últimos derrotas. San Mamés, por diferentes motivos, no se llenó para recibir al líder el día que la Primavera hacía su aparición.

Efecto gaseosa
Los rojiblancos salieron a por todas. La presión en el centro del campo de Gurpegui y Del Horno no permitía maniobrar al Madrid como quería. Beckham y Guti no conectaban y Yeste empezaba a crecer. Sus apariciones por la banda izquierda hacían mucho daño, al igual que el trabajo de Urzaiz entre los centrales. Pese a ello, el Athletic carecía de pegada. Ni Etxeberría ni Del Horno aprovecharon las primeras incursiones de su equipo. En el Madrid, poco. Sólo Figo intentaba sacar a sus compañeros de la monotonía.

El paso de los minutos permitió ver un Madrid más entonado, manejando el tiempo del encuentro. Sin muchos alardes, el equipo de Queiroz percutía sobre la frontal vasca, eso sí, sin demasiado peligro. Ernesto Valverde empezaba a preocuparse por el bajón de sus jugadores, que ya no tenían la intensidad de los primeros compases. El partido no era muy vistoso, pero la brega y la lucha en el medio campo subían la temperatura de San Mamés.

Cinco minutos para olvidar
Cuando todo parecía controlado, llegó la tragedia. Iván Helguera regalaba un balón en la frontal a Yeste que éste no desaprovechó (40´). Fue un duro golpe, que se vio acrecentado tres minutos más tarde. Etxberría sacaba una falta desde el lateral y Urzaiz la empujaba a la red. Visto y no visto. Después de recuperar el timón del envite, el Real Madrid había perdido el terreno conquistado. Como en Valladolid, tocaba remontar.

Y Raúl puso la primera piedra en el camino. No se había cumplido el primer minuto de la reanudación, y el capitán rompía con dos meses sin marcar en Liga. Pudo empatar minutos después, al igual que Helguera, pero Aranzubía no lo permitió. Pero era el día del ‘7’. La intensidad en el Madrid crecía y eso se notaba en el ambiente. Valverde lo sabía y sustituyó a un desacertado Tiko por la pausa de Orbaiz. No le duró mucho la renta al Athletic.

Con Solari permutando su posición con Zidane, mejoró el juego, llegó el empate. La jugada comenzó en la izquierda, el galo trasladó hacia el medio donde estaba Figo. El portugués habilitó a Roberto Carlos que le puso el balón en bandeja a Raúl (61´). En apenas quince minutos, el Madrid había dejado claro que no estaba muerto, que le quedaba mucho fútbol en sus botas. Los leones seguían sin rumbo y Ezquerro, ante la sorpresa del público, sustituía a Yeste.