"Pido justicia. Reclamo mi herencia
al Vaticano". Ésta fue la lectura más clara del partido entre el Real Madrid y
el Oporto en el Santiago Bernabéu. El mensaje estaba escrito en la camiseta de
un sujeto que se encadenó durante dos minutos al poste derecho de César en la
segunda parte, con el encuentro en un sinsentido, con todo decidido, con el
Oporto segundo de grupo y el Madrid invicto en octavos.
Y fue la única lectura porque nada
se puede sacar de lo que ocurrió en el césped. Por si el partido no era ya
intrascendente de por sí, una noche de perros acompañó a los 25.000 valientes
que se acercaron al Santiago Bernabéu. El aroma de pachanga de los jueves no
llevó a Queiroz por las avenidas de alineaciones revolucionarias. El portugués,
quizá por lo del orgullo patrio y porque enfrente estaba el Oporto, montó un
híbrido de Zidanes y Pavones.
La cosa estaba entonces en los
detalles. En ver cómo respondía Borja en su nueva oportunidad como pivote.
Respondió correctamente. En comprobar si Portillo, tras sustituir a Ronaldo en
el descanso, redescubría el camino del gol. No lo encontró. En examinar el
estado de Miñambres (recambio de Figo en la segunda parte) después de dos meses
de lesión. Discreto. Ni siquiera César, en su primer partido de la temporada,
tuvo más trabajo del necesario.
También jugó Solari. El argentino
volvió a marcarle al Oporto. Fue en el minuto nueve, escorado a la izquierda y
después de cruzar por bajo ante Baia. Fue el primero, aunque antes Roberto
Carlos hubiese puesto en apuros al ex portero del Barça con una bombita marca de
la casa.
El Oporto tuvo su cuota de
protagonismo, con Deco en el escaparate. También Derlei, que materializó un
absurdo penalti cometido por Salgado. Se lo puso en la escuadra a César. Todo de
guante blanco, eso sí, salvo unos minutos de enajenación del duro Costinha.
Después, todos pensaron que bueno estaba lo bueno y prefirieron pensar en el
sorteo del viernes. Una cita en la que el Madrid será el coco de Europa, el
único equipo invicto en los octavos de final.
Ficha técnica.
Real Madrid: César, Salgado,
Pavón, Bravo, Roberto Carlos; Figo (Miñambres, min. 46), Borja (Jordi, min. 87),
Cambiasso, Solari; Zidane y Ronaldo (Portillo, min. 46).
Oporto: Baia, Ferreira,
Carvalho, Costa, Emanuel; Deco, Costinha, Aletnichev (Bosingwa, min. 80), Mendes;
Jankauskas y Derlei.
Árbitro: Stephen Bennet (ING).
Amonestó a Costinha.
Goles: 1-0: Solari (min. 9).
1-1 : Derlei, de penalti (min. 34).
Último partido de la primera fase
del Grupo F de la Liga de Campeones. Santiago Bernabéu. 25.000 espectadores.