Ronaldo ha encajado en el Madrid.
Cada uno de sus gestos reafirma aquella decisión de hace más de un año cuando
abandonó Milán y a Cúper para unirse al Madrid. Ayer, volvió a demostrar que su
compromiso con el club y sus compañeros es total. Sorprendiendo a propios y
extraños, Ronie decidió entrenarse por la mañana a pesar de que el vuelo que le
traía de Brasil había aterrizado en Barajas a las siete de la mañana. Hasta el
club le había diseñado un plan especial de entrenamiento, que le permitía
descansar por la mañana y acudir por la tarde a la vieja Ciudad Deportiva junto
a Solari y Cambiasso para desentumecer los músculos y olvidarse un poco de las
diez horas de vuelo que lleva un viaje desde Río de Janeiro a Madrid.
Médicamente, lo realizado por
Ronaldo es lo ideal para acabar cuanto antes con las secuelas del jet-lag (en
Brasil son tres horas menos que en España). Así, a pesar de los bostezos de
Ronie durante la media hora que estuvo en el campo, se asegura que por la noche
estará cansado y podrá dormir como el resto. Si hubiera sido al revés (dormir
por la mañana y entrenarse por la tarde), las posibilidades de conciliar el
sueño al terminar el día se reducen mucho más y su recuperación se hubiera
prolongado.
Queiroz siempre ha dicho que un
jugador que llega después de un viaje no puede trabajar el mismo ritmo que el
resto. Ningún cuerpo es igual, esa es su teoría. De ahí sus entrenamientos
personalizados que Ronaldo ha aceptado sin rechistar admitiendo que le vienen
bien. De momento, los números indican que el método funciona. Ronie lleva,
incluidos los tantos que ha conseguido con la selección brasileña, 15 goles: 9
en Liga, 2 en Champions, uno en la Supercopa y los tres con Brasil. Muchos dirán
que lo de ayer fue un gesto que va en el sueldo. Es verdad. Pero los gestos
hablan del compromiso. Y el de Ronie es total, ¿o no?