El Madrid hizo de este
partido un pequeño homenaje a su tradición cántabra (varios veteranos
nacidos en aquella tierra estuvieron invitados en el palco) y la
climatología vino a sumarse a ello, soltando una tarde-noche de lluvia y
frío. Pura galerna del Cantábrico. Y abajo, un Racing imponente, suelto,
decidido a jugar por todo el campo y a ahogarle la salida al Madrid.
Queiroz tomó una decisión difícil para sustituir a Beckham: Cambiasso en
vez de Guti. El equipo lo acusó en la salida, porque tampoco Pavón y Raúl
Bravo están todavía sueltos en la construcción de juego.
¿Por qué lo hizo? Podría
tratarse de lo que yo suelo llamar un ataque de entrenador. Algo así como
tratar de demostrar que lo que se trae uno entre manos es más complicado
de lo que la gente cree, que esto no consiste en que jueguen los mejores.
Cuando mediada la segunda parte salió Guti, en algo se notó, pero al
tiempo llegó ese gesto como de pitar, que no sé a qué vino. Sí, luego
pidió perdón, y rectificar es de sabios. Pero de más sabios es no
equivocarse. Guti va cumpliendo años, pero sigue con estas cosas. ¿Sabrá
cuánto daño le hacen?¿Le cuesta tanto prescindir de ellas?
«La gran ventaja para el
Madrid es que tienen tanta pegada que con o sin Beckham, con o sin Guti,
con o sin buen juego, puede ganar en un plis-plás. Debe de ser
desalentador sufrir lo que ayer sufrió el Racing: haga usted un gran
partido, soporte ese arbitraje, tenga al Madrid mareado, para que en unas
pocas jugadas te ganen por pura facilidad para concretar. Luego vimos el
Depor-Valencia. Dos equipos hechos, compactos, de producción continua de
juego. Y también con futbolistas espléndidos. ¿Alcanzará el Madrid algún
día ese funcionamiento? Si lo consigue veremos la perfección.
as.com