Makelele pretende echarle un pulso al club que facilite su marcha al Chelsea, que iba a reunirse el lunes en Madrid con Valdano para presentar su pobre oferta por él: 10 millones de euros. El director deportivo estaba dispuesto a escuchar a los ingleses, pero la conducta irrespetuosa de Makelele al negarse a entrenar forzó la suspensión de la reunión. Un castigo.

Florentino no va a aceptar chantajes (si no le tembló el pulso con Hierro y Del Bosque, ¿cómo va a temer a Makelele?) y no piensa subir un euro a Claude, que tiene contrato hasta 2006 con unos ingresos anuales de 1,8 millones de euros. Sería crear un precedente y hoy mismo tendría cola de otros jugadores que quieren cobrar más. Además, Valdano ha querido dejar claro que el camino elegido por Makelele no le servirá a nadie para irse del club: “Lo digo alto y claro. Makelele no se va a ir del Madrid”. Bueno, sí existe un cauce. La cláusula. ¿Algún loco quiere pagar 90 millones de euros?

La bomba de Makelele estalló. El centrocampista francés se siente maltratado económicamente y no tuvo mejor ocurrencia que plantear un órdago al club amotinándose por la mañana, enviando a su agente al Bernabéu para que amenazase con su marcha si no se le aumenta el sueldo, y declarándose en rebeldía por la tarde al negarse a entrenar con sus compañeros.

El Madrid puede denunciarle ante la FIFA

Makelele no ha calculado las graves consecuencias que puede acarrearle su empeño en irse del Madrid por las buenas o por las malas. De hecho, Florentino Pérez tiene decidido dejarle claro que si insiste en su actitud de rebeldía, el club podría denunciarle ante la FIFA solicitando su inhabilitación. Ello le dejaría a Makelele sin ficha, obligado a entrenarse en solitario y sin posibilidad legal de marcharse a otro equipo. El Madrid espera que recapacite en las próximas horas y rectifique su actitud.