BECKHAM YA SABE VER A RONALDO
09/08/2003
BECKHAM YA
SABE VER A RONALDO
Entre las cualidades de Beckham destaca su
capacidad para leer el juego. Y aquí tiene un papel decisivo como asistente de
Ronaldo, lanzándole en profundidad superando la línea defensiva rival. Lo hizo
Becks en Pekín, pero pifió Ronie; ayer repitieron la acción los dos con final
feliz: golazo.
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La jugada es de libro: Beckham lanza desde campo propio con temple y precisión,
Ronaldo recibe en carrera, a los pies, sin necesidad de hacer control de balón.
El empalme a la red es contundente, como un martillazo. Esta fue en Hong Kong
una jugada colectiva sobresaliente y ha de convertirse en un habitual recurso
goleador del Real Madrid. La sociedad Becks-Ronie aporta algo nuevo al equipo,
algo con lo que no contaba la temporada pasada. Es el pase largo preciso, al
hueco, superando a la defensa, medido y amortiguado con ese toque especial que
obliga al balón a botar con freno y casi marcha atrás. Beckham consigue que la
pelota ‘muera’ en el primer bote facilitando que Ronaldo no pierda tiempo en un
control orientado. Simplemente, tiene que empalmar con su habitual contundencia,
aunque también es verdad que alguna vez falla, como sucedió en Pekín.
En Hong Kong quedó
claro que el inglés y el brasileño van a conectar de maravilla. Se saben ver, se
entienden con la mirada, con un movimiento y a velocidad de vértigo. Las
defensas estarán vendidas si juegan adelantadas y en línea. Y si a esta calidad
se le añade la fantasía de Zidane para inventar triangulaciones y la batalla de
Raúl entre líneas, es seguro que la capacidad del Real Madrid para llegar a la
portería contraria resulta indefinida. Y eso que aún están sin rodaje.
Armonía y pegada
La jugada que
analizamos tiene dos caras opuestas: armonía frente a contundencia. La primera
parte, el origen, es el toque suave, equilibrado y preciso de Beckham. Lanza
desde más de 40 metros, apoyándose en semiflexión para que el balón bote suave
al caer. Y al final de la jugada espera Ronaldo con su potencia. Ayer no falló:
miró portería, se acomodó y empalmó con la izquierda duro y cruzado.