Ronaldo eligió la recta final del partido ante el F.C. Tokyo para abrir su cuenta realizadora. Y lo hizo con una obra de arte. El 'Fenómeno' se pasó la segunda parte, la que jugó, disfrutando y haciendo disfrutar con sus jugadas, pero el gol se hacía de rogar. Al final, cuando quedaban tres minutos, Ronie dejó su sello con un gol antológico y puso en pie el estadio Nacional de Tokio. Al final del partido, el brasileño indicó que "creo el partido empezó con un marcaje muy fuerte por parte del equipo japonés. Después tuvimos más espacios y en el segundo tiempo lo tuvimos más fácil. Aproveché la ocasión que tuve y marqué mi primer gol".

Antes, David Beckham dejó su sello en el estadio Nacional de Tokio. Y no lo decimos por la serie de anuncios del inglés que emitieron los videomarcadores en el descanso (salones de belleza con su esposa Victoria, chocolates y alquileres de coches), nos referimos a su juego, a lo que es capaz de hacer cuando se viste de corto. Su principal cualidad no es otra que el toque de balón y ayer lo dejó patente en el minuto 38. Fue en el cuarto golpe franco que lanzaba desde que viste de blanco. Miró al portero y debió motivarle porque el balón entró por la escuadra que cuidaba el guardameta. Tras los dos primeros partidos de pretemporada da la sensación que da lo mismo el lugar de la falta, que el encargado de lanzarla va a ser Beckham. En Pekín dos de dos y en Tokio idéntica proporción. Decisión de Queiroz.

Dejando a un lado el gol, el inglés mostró ayer muchas cosas, tanto por la derecha como al lado de Makelele. De medio centro tomó la batuta y su figura fue creciendo a lo largo de los minutos hasta convertirse en el mejor del partido. Además, añadió pelea, brega y hasta alguna entrada contundente que le costó su primera amarilla como madridista. "Me ha gustado mi gol, pero mucho más el de Ronaldo", señalaba un Beckham eufórico al acabar el partido. "Me gusta esa posición en el centro del campo, pero no creo que sea definitiva. Jugar al lado de estos compañeros me permite hacer las cosas de manera más sencilla. El cambio de posición fue bueno porque el Tokyo empujaba en el centro del campo. Por eso siento que he participado en la victoria. Disfruté durante el encuentro. Después de diez días con el equipo, el gol es una recompensa al trabajo. Esto es muy grande. Ahora quiero hacer un gol de falta en el estadio Santiago Bernabéu".

Y a la fiesta se unió Figo. El luso no marcó, pero firmó una nueva actuación cercana al sobresaliente.

De Marca