La Real Sociedad ha sumado tres puntos mas. Parece que las voces que desde el comienzo de liga avanzaban un seguro `mal de alturas? de los donostiarras se van acallando.

No queda mas remedio. La Real sigue demostrando ser un firme candidato al titulo venciendo por las buenas o por las malas. Con la mal llamada suerte del campeon o sin ella, lo cierto es que el equipo `txuri urdin? se mantiene al frente de la tabla y a tres jornadas del final se antoja poco serio seguir sin tener en consideracion al equipo de Denoueix.


Y eso que en esta ocasion pudieron perder el partido en buena lid. De no ser por la carencia de fortuna en el ultimo remate malaguista o por la actuacion del colegiado, la Real podria haber salido de La Rosaleda sin el primer puesto de la clasificacion y dando aire al: `ya lo decia yo, la Real tarde o temprano caeria?.


Bernardino Gonzalez Vazquez merece capitulo aparte. El colegiado tomo una decision precisamente de eso, de colegial. Hay que situarse en el minuto 60 de partido. Todo transcurria con absoluta deportividad, sin superarse los cauces normales por los que siempre transcurre- asi debe ser- un partido. Sin embargo, Bernardino se sintio protagonista.


Seria logico pensar que hubo algo que el arbitro no vio pero, al contrario, solo el lo hizo. Si, vio una falta de Sandro inexistente y ademas la considero de tarjeta amarilla -hay que entender que apenas habia desenfundado el arma en forma de cartulina hasta ese momento- , y la desesperacion llevo al exmadridista a encararse con el colegiado. Tremendo desafio para Bernardino que, sin pensarselo un solo instante, alzo su mano al viento portando el cartoncito de color rojo. ?Toma ya! A la calle por no hacer nada y jugamos un partido distinto.


En la refriega no se acierta con el numero exacto de amarillas que mostro a los blanquiazules. Ese brazo parecia un molinillo: las dos a Sandro, otra para Romero por decirme que no lo he visto bien y la de dario, quenadie a estas alturas se va a sorprender porque le saque una amarilla. Lamentable.


Lamentable porque estropeo un partido lleno de emocion, con una Real Sociedad contra las cuerdas y la sensacion de que algo decisivo de cara al titulo podia estar pasando. Los donostiarras tuvieron en esta ocasion la suerte vestida de negro que tantas veces va y viene sin que se sepa muy bien por que.


A partir de ahi, las contras del lider de Primera eran verdaderamente peligrosas hasta que Gabilondo abrio el marcador rematando de cabeza un perfecto centro llegado de las botas de Sabih Alonso desde la derecha. Kovacevic no hizo mas que rematar la faena con un nuevo tanto de verdadero `crack?.


La Rosaleda fue un aviso para la Real de lo espinado del camino que aun resta para la conquista del titulo. Solo de ellos depende.